
La multinacional alemana Aria ha reiniciado los sondeos sobre el mineral de hierro que contienen los estériles mineros depositados en la bahía unionense de Portmán para determinar si la zona puede declararse como yacimiento no mineral y, por tanto, ser explotado.
Son siete sondeos en la zona sumergida para obtener muestras de los sedimentos y que han estado parados durante las últimas cuatro semanas debido a las malas condiciones meteorológicas, ha informado la compañía en un comunicado.
Se suman a los que la compañía ya realizó en enero en la superficie de la bahía, que determinaron que en la zona hay una concentración media de óxido de hierro de entre el 34,3 y el 43,5 por ciento.
La dirección general de Minas había requerido la realización de esos sondeos para asegurar la existencia de mineral de hierro, paso previo a la posible regeneración medioambiental de la zona, dado que si la zona es declarada yacimiento minero de origen no natural, Aria estaría interesada en hacerla a cambio de poder extraer y comercializar el metal.
Aria ha señalado que estos nuevos sondeos «no implicarán impacto ambiental alguno» y se llevarán a profundidades de entre 25 y 40 metros.
Si finalmente los sedimentos de la bahía se clasifican como yacimiento de mineral, será el Gobierno central el que decida sobre el aprovechamiento de esos terrenos, por lo que se abrirá un concurso público por el que Aria u otras compañías interesadas podrán obtener el derecho para el aprovechamiento minero de la zona y la obligación de su regeneración ambiental.
A principios de enero, el director de Operaciones de Aria, Arturo Gutiérrez del Olmo, aseguró en rueda de prensa que las labores de extracción del mineral y de regeneración de la bahía podrían prolongarse entre 5 y 8 años y generar unos 300 puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos.
LA BAHÍA DE PORTMÁN: UN DESASTRE COMO PATRIMONIO
Resumen
La bahía de Portmán es la zona más degradada del Mediterráneo por la acción de la explotación minera. Los vertidos se realizaron recientemente, entre 1956 y 1990 rellenado completamente la rada de esta localidad con materiales altamente contaminados. Destaca la actitud permisiva de la Administración y de los tribunales, que justificaron el atentado ecológico en base a los supuestos beneficios económicos frente a las consecuencias paisajísticas y ecológicas. Actualmente Portmán se enfrenta a la regeneración de su costa, con problemas pre supuestarios y con unas líneas de actuación donde siguen pesando más intereses particulares y unos objetivos que se limitan fundamentalmente al aprovechamiento urbanístico. En todo este proceso se olvida el enorme legado patrimonial, que se encuentra en proceso de destrucción, y en el que ya deber de formar parte la propia bahía. Portmán es un ejemplo de los efectos negativos de la actuación económica e institucional sobre el entorno ecológico y social.
Una lección que no se aprende ya que las líneas de act uación actuales van en la línea de provocar un desastre patrimonial. No hay que olvidar que existe una deuda histórica con los habitantes de esta localidad, que deben ser el objetivo primordial de las actuaciones que se lleven a cabo para la recuperación del paisaje y la puesta en valor patrimonial.