Exportación de óxido de hierro puede colapsar el puerto de San Lorenzo

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Pivotes que sostienen el muelle del terminal hondureño están socavadas

Honduras incursionó hace tres años en el comercio mundial de óxido de hierro. El 28 de enero de 2010, centenares de personas, entre servidores públicos, empresarios y curiosos, fueron testigos de la salida del barco Hanjin Marugame desde el puerto de San Lorenzo en Honduras con destino a las instalaciones portuarias de Tianjin, China, transportando el primer embarque de 26.080 toneladas de óxido de hierro extraído de la mina de Agalteca, Francisco Morazán.

Para llenar ese barco se necesitaron 869 rastras de 30 toneladas cargadas de ese mineral.

La italiana Five Star Mining es la responsable de la explotación y exportación de ese mineral extraído de la mina de Agalteca, específicamente del depósito conocido como Monte Redondo.

La exportación de ese metal por el Océano Pacífico de Honduras despertó grandes expectativas en diversos sectores de la sociedad por la necesidad de reactivar el puerto, el que funcionaba a medio vapor por el retiro de las empresas que manejaban carga contenerizada.

Cuarenta meses después de haber iniciado la exportación de ese metal, principalmente al mercado chino, los resultados registrados han comenzado a generar un fuerte debate que aún no llega a las autoridades responsables de administrar los bienes nacionales, así como la seguridad de las personas y del medio ambiente.

Un equipo periodístico se desplazó hacia el puerto de San Lorenzo para constatar las condiciones de la infraestructura portuaria, el impacto en el medio ambiente y en la salud de las personas, y conocer los beneficios que deja al país la exportación de ese metal. También el recorrido comprendió la revisión del estado de la carretera del sur, sobre todo el trayecto Tegucigalpa-San Lorenzo y viceversa.

La operación

El óxido de hierro, mineral que ha sido promocionado como el futuro de Honduras, puede dejar aislado al país del comercio internacional por el océano Pacífico.

El “boom” de ese metal ha comenzado a pasarle factura a la infraestructura del puerto de San Lorenzo, la que muestra un acelerado deterioro en las bases y en la capa de concreto del muelle.

El equipo periodístico constató la enorme cantidad de grietas que tiene la superficie de 300 metros de longitud del muelle, observándose en varias partes fisuras, varillas de hierro al descubierto y otros daños provocados por el impacto del pesado metal en la capa de concreto, a lo que se añade la corrosión de las tuberías.

De enero de 2010 a mayo de 2013 zarparon de ese puerto 118 barcos tipo handysize cargados con óxido de hierro.

Cifras del Banco Central de Honduras (BCH) indican que de 2010 a 2012 se exportaron 2.437.000 toneladas, las que fueron transportadas por 90 buques, que en promedio llevaron entre 27.000 y 27.500 toneladas.

En el presente año, la ENP registra el despacho de 29 buques y de mantenerse esa tendencia al cierre de 2013 se reportarán más de 70 barcos llevando óxido de hierro hacia China.

Otro impacto en la infraestructura portuaria es el hundimiento en los extremos del muelle, espacios ocupados para las labores de carga del metal. Igual daño se pudo observar en las bases o pivotes del muelle que ahora están socavadas.

A lo anterior hay que sumarle el impacto en las tuberías usadas para el transporte de derivados del petróleo y de melaza, las que ahora son tratadas constantemente con revestimientos especiales para evitar la oxidación.

Otro aspecto de mayor trascendencia es el daño que provoca a la salud de las personas que usan las instalaciones portuarias, las que están obligadas a absorber las emisiones de polvo de ese mineral por la falta de protección o por la carencia de medidas al momento de trasladar ese material en volquetas.

También hay daños a las instalaciones que se encuentran en el recinto portuario, por ejemplo, el hundimiento de la margen izquierda donde anteriormente se usó como centro de acopio, lo que obligó a las autoridades de la Empresa Nacional Portuaria solicitar a la Five Maning Company trasladar la operación a dos kilómetros del muelle.

Además están en riesgo más de 140 empleos permanentes que genera la Empresa Nacional Portuaria, la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI) y la Marina Mercante en ese puerto, a los que se agregan más de 500 trabajos temporales que se derivan de la carga y descarga de mercaderías que ingresan vía marítima por esta zona.

Colapso

En 33 años de operación del puerto de San Lorenzo, el segundo más importante en Honduras, nunca había estado bajo la amenaza de colapsar por la operación de una actividad económica.

El mecanismo arcaico para cargar el óxido de hierro a los barcos ha deteriorado de forma acelerada la costosa inversión que hace más de tres décadas autorizó la Junta Militar de Gobierno conformada por Policarpo Paz García, Domingo álvarez Crúz y Amílcar Zelaya Rodríguez para la construcción de este puerto en el pacífico hondureño.

Hasta 2009, las operaciones de carga y descarga de mercaderías no significaron ningún riesgo para el muelle, ya que el movimiento de contenedores y vehículos tenían un impacto mínimo en las instalaciones físicas.

Las autoridades de la ENP y la Five Star Mining han adoptado algunas medidas como el traslado del centro de acopio a 2,8 kilómetros del muelle y el control de la velocidad de las volquetas de 14 toneladas que transportan el material hacia el punto de carga -capa de concreto- no son suficientes para asegurar la infraestructura portuaria.

La empresa italiana usó en su momento un sistema de banda transportadora para llevar el material del centro de acopio al barco, pero después la Five Star Mining abandonó ese mecanismo supuestamente porque no era operable y porque no habían las condiciones de espacio necesario para la instalación de ese equipo.

De no tomarse los correctivos necesarios como la adopción de nuevos sistemas de carga del óxido de hierro, el puerto de San Lorenzo puede tener los meses o los años contados para continuar atendiendo el comercio internacional de mercancías.

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